domingo, 11 de marzo de 2012

El costo de equivocarse de T a t.

Para la mayoría de las empresas en América Latina, la gran oportunidad de innovar radica más que nada en la T grande, es decir en introducir innovaciones al modelo de negocios. Pero las empresas en países desarrollados cuentan con un amplio historial de trayectoria tecnológica y con poderosas y bien financiadas unidades de Investigación y Desarrollo (I&D), lo que les permite un fuerte énfasis en innovaciones de t pequeña, es decir, en el producto mismo.
Así, se da una interacción entre la t pequeña y la T grande en cuyo centro está la pregunta clave de cuál debe ser el foco estratégico de la empresa en distintas etapas del desarrollo de un producto y de maduración de un mercado.
Un típico error es no tener un foco estratégico claro y pretender innovar tanto en el modelo de negocios como en el producto mismo. Este error se paga caro, pues no entrega señales claras a la empresa y el mercado sobre cuáles son las prioridades de negocios de la organización. Otro error es enfatizar el tipo de innovación equivocado para las condiciones del mercado y de desarrollo del producto.
La industria de la computación ilustra bien esta interacción y la necesidad de poner énfasis en uno u otro tipo de innovación.
Dell fue la primera empresa en darse cuenta de que el sector debía ser impulsado por la T grande, concretamente en logística, para comprimir la cadena de valor. Su eslogan “No hay nadie entre Dell y sus clientes” es elocuente. En 1984, precisamente cuando Dell reconoce la necesidad de un enfoque innovador de T grande, Apple y Compaq se inclinan hacia la t pequeña y pierden el juego.
Veamos primero el caso de Apple. Steve Jobs no se percató de que la industria de la computación, que inicialmente apuntó hacia el estrato superior de consumidores, comenzaba a hacerlo hacia la base de la pirámide, donde los usuarios son más sensibles al precio y menos a los atributos más sofisticados del producto. Así, Jobs introdujo LISA, una super computadora que era fácil de usar (todo se podía hacer con el mouse), pero muy cara (costaba US$ 10.000). Jobs tuvo con LISA una estrategia de t pequeña, pero el mercado de computadoras ya estaba masificándose, exigiendo precios menores, es decir, demandando innovaciones del tipo T grande. Poco tiempo después de LISA, el consejo de administración empujó a Steve Jobs para que abandonase la compañía.
La subsiguiente historia de Apple demuestra un ir y venir entre innovaciones de t pequeña y de T grande, evidenciando en muchos momentos una falta de foco estratégico. Al poco tiempo de retornar como CEO de Apple en 1997, Steve Jobs se dio cuenta de que debía apostar a una estrategia de T grande, entre otras cosas mediante innovaciones decrementales en los productos. Así lanza a un precio muy atractivo la línea iMac, computadora al que se retiran el floppy drive y otras características que el cliente no valora tanto, pero que fue introducida como la “computadora para la generación Internet”.
En el caso de Compaq, su estrategia era de t pequeña e incremental, es decir, ofrecía mayor desempeño al mismo precio. El mercado apreciaba la mejora que ofrecía Compaq en la relación precio/desempeño y le dio el liderazgo de mercado por un tiempo. Pero su ventaja no duró mucho. Compaq vendía a través de distribuidores. Estaba tan concentrada en la t pequeña, que no se preocupaba por la logística. La apuesta de Compaq no perduró y pronto Dell le arrebató el liderazgo. Al final, Compaq sería adquirida por HP.
La dura batalla por el mercado computacional demuestra que la pregunta clave que debe resolver una empresa es si debe concentrarse en T grande o t pequeña ¿Cómo saber a dónde ir? Lo que puede iluminar la respuesta es la vieja y querida teoría de la oferta y la demanda. Desde el punto de vista de la oferta, la señal de agotamiento de la estrategia de t pequeña es cuando la curva de la oferta se vuelve asintótica, es decir, cuando se invierte mucho en I&D, pero el desempe-ño apenas aumenta. Ésa es una clara señal de alerta para cambiarse a innovaciones de T grande. Pero tal visión debe combinarse con el punto de vista de la demanda. Hay veces que aunque la I&D produzca aumentos importantes en el desempeño o en el número de atributos de un producto, la demanda ya no quiere más de eso, sino que se está yendo hacia la base de la pirámide, como muestra el caso de la computadora LISA de Apple.
Así, la interacción dinámica entre la innovación de T grande y de t pequeña está determinada por una acción simultánea de la demanda y de la oferta. Se requiere ser un gran observador de tendencias para acertar en qué debe estar puesto el énfasis estratégico en cada etapa.

Extracto del artículo de Alejandro Ruelas Gossi publicado en la revista Harvard Business Review

Innovación y desarrollo en América Látina y otros mercados

Innovación y desarrollo en América Latina y otros mercados emergentes

Por: Carlos Donoso C.

El día de hoy, quiero conversar con el amable lector sobre algunos conceptos que se han escuchado mucho estos últimos tiempos, esencialmente mencionaré el concepto de la “T grande” y la “t pequeña”; pero antes haré una introducción sobre la innovación y el desarrollo de las empresas en nuestro país; espero que el lector disfrute el tema y llegue a comprender ciertas reglas que rigen el mercado.

Se habla mucho de innovación pero, ¿qué es la innovación? El diccionario de la RAE (Real Academia de la Lengua Española) define a la innovación como la creación o modificación de un producto, y su introducción en un mercado. Ahora, cuando se piensa en innovación se asocia este concepto con tecnología, maquinaria, industria e investigación, y lógicamente con un presupuesto considerable; la conclusión es simple, nuestro país: Ecuador, al igual que muchos otros, está de cierta forma “atado” a las potencias y a los mercados desarrollados, puesto que aquellos países tienen ingentes recursos destinados a investigación y desarrollo (I&D), por tanto resulta imposible innovar de acuerdo con el concepto citado.

¿Para innovar se requiere mucho capital? Aunque la mayoría de nosotros dirá que sí, la respuesta es que hay varias formas de innovar, un caso de éxito es la famosa compañía Mexicana CEMEX (Cementos de México); la compañía en mención es la tercera cementera a nivel mundial, y la base de su éxito según muchos estudios no fue la innovación de su producto (cemento y productos derivados) sino la forma en que lograron la reducción de sus tiempos de entrega, la forma en que operaba CEMEX era simple, los constructores hacían sus pedidos, y en cuestión de 3 horas aproximadamente (dependiendo del trafico) el pedido era entregado; uno de los inconvenientes sucedía cuando el constructor cambiaba el pedido a último momento. CEMEX estaba destinada a ser una compañía mediocre con escasa influencia local. ¿Qué cambió? A principios de los años 90’s un grupo de la compañía viajó a Houston – Texas, e hicieron visitas a las oficinas centrales de FEDEX, EXXON y el servicio de emergencias 911. Al regresar a México vieron que muchas cosas podían cambiar, si podían instalar dispositivos GPS en todos sus camiones despachadores, lograrían monitorear la ubicación exacta y el tiempo exacto de entrega; así mismo si integraban un sistema de comunicaciones podían reducir sustancialmente el tiempo de entrega, el resultado fue que el tiempo de entrega se redujo de 3 horas a apenas 20 minutos; esto les mereció un sinfín de elogios, incluso el periódico Los Angeles Times escribió “Cemex entrega más rápido que Domino’s Pizza”; adicional a esto lograron una reducción en los costos de hasta un 35%. (http://www.dinero.com/internacional/articulo/el-revolcon-cemex/15409)

El caso anterior es un ejemplo en que la innovación no siempre va en el producto; la mezcla de cemento sigue siendo la misma; lo que cambió radicalmente es la estructura del servicio; en suma, el modelo de negocios.

Alejandro Ruelas Gossi, quien es Máster en Gestión de la Ciencia y Tecnología de la Escuela de Administración (MIT) y posee un Doctorado en la Teoría de la Estrategia y la Complejidad de la Escuela de Negocios Kenan-Flagler de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill; tiene un interesante artículo llamado “El paradigma de la T grande” en el mismo siembra ciertos cimientos sobre el modelo de negocios y la innovación. Para entender un poco el funcionamiento de “La T grande” y “La t pequeña” pongamos un ejemplo: cuando hablamos de innovación orientada al producto, buscando mejorarlo, hablamos de “la t pequeña” puesto que todas los cambios se orientan solo a una cosa “el producto”. Ahora, cuando hablamos de “La T grande”, nos referimos a una innovación en varios niveles, sea a nivel de logística, modelo de negocio, valor agregado, es decir que son modificaciones o cambios que no involucran un desarrollo para mejorar el producto; de hecho, muchas veces se busca intencionalmente reducir la calidad del producto, tenemos el caso de la compañía “PROCTER & GAMBLE”, quienes decidieron lanzar una línea de pañales “básicos” para América Latina, esta línea de pañales no tenía ninguna de las características de sus pañales tradicionales, es decir quitaron todas las mejoras al producto, a cambio de eso lograron abaratar los costos y lograron expandir en 12 el mercado de pañales de la región. Cuando hablamos de modificaciones orientadas al producto en el modelo de “la T grande” dichas modificaciones son decrementales, como en el ejemplo antes mencionado.

La T grande y la t pequeña no son modelos excluyentes, están íntimamente unidos, en muchas empresas se pueden realizar e implementar ambos modelos de innovación, logrando excelentes resultados; aunque la mayoría de empresas buscan orientarse hacia uno u otro polo, dependiendo de algunos factores, considerando por sobre todo la diferencia entre las economías desarrolladas y las economías emergentes.

A continuación una cita textual del artículo Alejandro Ruelas Gossi:

“• Mientras más commodity o indiferenciado es el producto, más grande la T.

• Mientras menos commodity es el producto, más pequeña la t.

• Mientras más rápido es el ciclo tecnológico del producto, más pequeña la t.

• Mientras más lento es el ciclo tecnológico del producto, más grande la T.

• La economía de t pequeña es impulsada por tecnología.

• La economía de T grande es impulsada por “ideas”.

• Mientras más desarrollada es la economía, más pequeña la t.

• Mientras menos desarrollada es la economía, más grande la T.”


“La innovación no es monopolio de los países más avanzados tecnológicamente. Éstos han desarrollado sin duda ventajas en la innovación en el producto y en la creación de productos intensivos en tecnología. Pero las oportunidades para innovar en los modelos de negocios, es decir, de realizar innovaciones de T grande, están plenamente abiertas y son un camino fértil para las empresas de América Latina y los países emergentes en general.” - Alejandro Ruelas Gossi